“España había girado a la izquierda y vuelve al centro”

Soy del 68, pero integrada en la sociedad digital. Nací en Madrid. Hoy hay cuatro Españas: la castigada por la recesión, a la izquierda, y la que la ha capeado, a la derecha, divididas a su vez en analógicos: PP y PSOE, y digitales: Ciudadanos y Podemos. Somos el quinto país del mundo en el uso de redes sociales

Belén Barreiroinvestigadora demoscópica, expresidenta del CIS y fundadora de MyWord

Qué le han dicho sus encuestas esta legislatura y qué dicen ahora?

España sufre el primer impacto de la recesión con Zapatero y el PP le vende que la culpa era del PSOE y logra la mayoría absoluta.

Pero todo siguió yendo a peor.

Y, al darse cuenta, la opinión española va virando hacia la izquierda y, cuando la situación empeora más y más, llega a la indignación y España casi se vuelve antisistema en el 2012...

Es que se nos hundía el mundo.

...Y ahora España está volviendo al centro.

¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?

Veamos: en el 2011, a medida que el sistema empieza a hacer aguas, España se divide: una parte –alrededor del 40%– resiste la recesión y la otra es y se siente perdedora. Esa mayoría indignada entonces ya no se conforma con querer cambiar de partido: quiere cambiar de sistema.

Y ocupa calles y plazas.

Nos radicalizamos hasta el punto de que, en una encuesta que se realiza periódicamente en 44 países, aparecemos entonces como los más anticapitalistas... Sólo por detrás de Argentina y México, cuando, antes de la recesión, los españoles éramos más partidarios del capitalismo que franceses y alemanes.

Cae Bankia; Madrid pide el rescate bancario y la prima de riesgo llega a ser de quiebra.

Y en el 2012, los indicadores de valoración de Gobierno, oposición, situación económica, Parlamento, poder judicial, situación económica... llegan a mínimos históricos.

Hierve la calle, las redes y las teles.

Vaticino entonces en un artículo que se dan las condiciones para que surja un hipotético Partido Radical que gane las elecciones.

Usted ve la sombra de Podemos.

La indignación es tanta y tan extendida que, incluso en nuestras encuestas de consumo, detectamos un consumidor rebelde que también cuestiona el estatus de las marcas clásicas y cambia de proveedor de servicios.

Podemos se dispara en las encuestas.

Tras las europeas del 2014, pero ya antes –en el otoño del 2013– percibimos que las expectativas económicas de futuro empiezan a mejorar, aunque la valoración de la situación económica del presente sigue siendo igual de mala.

El presente es malo; el futuro ya no tanto.

Y así se produce una situación insólita –toda esta legislatura lo es– en que las expectativas económicas y políticas de futuro y las del presente divergen, cuando lo habitual siempre ha sido que transcurran en paralelo.

Ya dijo Marx que nuestra ideología suele ir detrás de nuestra cartera.

Pues es así, porque también entonces mejora ligeramente la valoración de gobierno, oposición y de todas las demás instituciones.

¿En las dos Españas de la recesión?

De hecho, ya son cuatro, porque se produce, además, otra ruptura entre la España analógica y la digital, que coincide plenamente con la que se da entre la vieja y la nueva política.

¿Los partidos nativos digitales son nueva política y los analógicos, vieja política?

En la España que capea la recesión, el PP sigue siendo preferido entre los analógicos, pero Ciudadanos ya es el favorito para los digitales.

¿Y en la España que sufre pasa lo mismo?

El PSOE sigue resistiendo entre los españoles analógicos, pero Podemos ya es mayoritario entre los digitales más castigados por la crisis.

¿Y cómo acaba esta legislatura?

De la ruptura y la rebelión en los estudios de opinión del 2011 al otoño del 2013 vamos pasando, con la mejoría, a la renovación y la reforma. Y en esa evolución se consolida Ciudadanos.

¿Qué queda de la indignación?

Unida a la digitalización, ha transformado España en una sociedad diferente que es más crítica, vigilante, exigente... Ya somos otro país.

¿Tanto nos hemos digitalizado?

Somos el quinto país del mundo en redes sociales: un 79% de los españoles accede habitualmente a internet.

¿Y los más mayores también?

A partir de los 65 años, la digitalización es menor, pero, entre esos mayores ya usuarios de internet, Ciudadanos no pierde apoyos. Así que no es la edad la que explica la división entre vieja y nueva política, sino la digitalización.

¿Es la que liquida el bipartidismo?

Sí, porque la información en la nueva sociedad digital ya no se puede mediatizar, como antes, desde las televisiones públicas o llamando a los dueños de los grandes grupos mediáticos.

Antaño quien tenía la tele tenía el poder.

Pero ahora ya no hay control posible: hay que fluir, porque vivimos –y algunos sufren– la transparencia total y los datos y opiniones se viralizan sin filtro día y noche por la red.

¿Por qué la vieja política no se adapta?

Porque no es sólo una adaptación tecnológica, sino conceptual: la España digital es crítica con las jerarquías verticales y prefiere las relaciones horizontales. Por eso, el territorio analógico coincide con el aún fiel a los viejos partidos.

¿Hacía dónde van las encuestas?

La gente hoy quiere optimismo y moderación, cuando hace sólo un año y medio no pedía eso, que beneficia a Ciudadanos, porque al PP la corrupción le pasa una enorme factura.

¿Catalunya es diferente?

También va recuperando optimismo y moderación tras haber sido conservadora al inicio de la recesión, haber girado hacia la ruptura cuando empeoró, e ir volviendo, con la mejora de la situación, hacia el centro.

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